
Valentino Rossi es un tipo muy expresivo, y muy listo. Cuando algo le va mal, se quita el casco y pone cara de 'qué le vamos a hacer, yo he hecho lo que he podido, pero así...'. Luego comenta sus sensaciones y, entre sonrisa y gesticulación, coloquialmente hablando, le calza un guantazo al de turno. Su favorito este año, Michelin. Dani Pedrosa es poco hablador, tan poco que parece que hay que sacarle las palabras con calzador. Si le va bien, muestra una leve sonrisa. Si mal, rictus serio, pero no muy diferente al otro. Y habla poco. Pero esta vez, como le ha ido mal, acumulado a otros 'mal' más, saca la lengua a pasear. Lo que antes era silencio ahora son mensajes. Lo que antes eran incómodos interlocutores, ahora son prácticos mensajeros. Rossi dice que está preocupado, pero que lo de Pedrosa parece peor. Dani dice que Valentino tiene problemas, de velocidad punta y alguna cosilla más. Y sin dejar muy claro el qué, aprieta a todos (fundamentalmente HRC) para que hagan algo, o... Cualquiera sabe cómo interpretarlo.
Todo esto se multiplica por varios números cuando los dos mirán de refilón lo que tienen enfrente. Más que haber un rival, a estas alturas hay un favorito. No sé si Ducati ha hecho realmente la mejor moto, porque un gran piloto como Loris Capirossi no le está pasando demasiado bien. Pero sí han encontrado al piloto ideal para la GP7. La electrónica (que permite sacarle el jugo a la potencia de la moto) es la clave, y Casey Stoner la interpreta como nadie. Stoner tiene talento. Es el piloto más joven de MotoGP, que a nadie se le olvide, y siempre ha sido muy rápido. Yo mismo creía que en Europa empezaría el verdadero Mundial, supongo que pensando en Rossi y Pedrosa. En circuitos tipo F1, en los clásicos, con sol y calor, con lluvia... Ese coctel Ducati, Stoner y, muy importante, Bridgestone, de momento, se está mostrando como la combinación perfecta. Los rivales tendrán que ponerse las pilas, y mucho, si quieren batir al favorito al título.