Rossi no se va, mejor

Valentino Rossi ha anunciado esta semana que no se va a la F1, de momento. Era un secreto a voces desde que los entrenamientos en Cheste con el resto de pilotos le dejase un mal sabor de boca. Por sensaciones, más que nada. Los tiempos eran decentes, digamos. No iba con la misma mecánica que el resto, pero no fue muy mal. Pero Rossi confesaba sentirse algo a disgusto. En lo de Rossi hay varios aspectos interesantes. Primero, mantenerle en MotoGP es un lujo por muchos motivos. Es el crack mediático por excelencia a nivel mundial. Tira de la competición y de muchos aficionados, eso es innegable. En el paddock le adoran, y muchos también esperan verle derrotado. Esta es otra cuestión. Han llegado pilotos nuevos a la categoría que lo están haciendo francamente bien. Sobre todo el sorprendente Casey Stoner, y el tres veces campeón del Mundo y recordman lo mires por donde lo mires, Pedrosa. Necesitamos que llegue el día del duelo, de un mano a mano de alguien con El Doctor, y puede que estemos cerca. De esta temporada se puede sacar otra lectura: si a Rossi le faltaba motivación, ¿qué dirá ahora tan lejos en la general de Hayden, con su peor temporada desde que está en la categoría reina, y sufriendo percances que jamás había sufrido? Algo le escocerá por dentro, seguro.
Una última cosa: decía Fernando Alonso que esto de la F1 Rossi lo había hecho por salir en la prensa. A Alonso se le puede recordar una cosa, y que conste que yo no soy nadie para hacerlo. Valentino Rossi ha conseguido 7 títulos de Campeón del Mundo. Allá por donde va el Mundial los aficionados le buscan con locura. Su merchandising es el más vendido. Y no tiene suficiente tiempo para conceder todas las entrevistas que los medios le piden. Rechaza cientos, acepta muchísimas y las que da sólo pueden durar 10 minutos para que haya para todos. No digo más.