El límite es muy pequeño

Ahora no lo recuerdo, pero creo que sí que he comentado alguna vez mis dudas acerca de Ducati. Soy el primero que se apuntó a la teoría de que es un 'motón', incluso habré dicho que el mejor de la parrilla. Pero desde que llegó Marco Melandri, que no es manco, y también la experiencia de Toni Elías, empiezo a pensar que no es la mejor moto de la parrilla. De hecho, hasta me cruza por la cabeza el mensaje de que es 'la peor moto de la parrilla'. Aunque gana, incluso arrase. La 800 de Ducati, el su versión GP7 y GP8 se ha mostrado efectiva sólo con Casey Stoner (a Loris Capirossi le dio alguna alegría, y Alex Barros pudo hacer algo, pero lo de la 2008 es descorazonador). Es como si hubiésemos cogido un piloto, lo hubiésemos subido a una moto, y se hubiesen convertido en una unidad por un misterio de la naturaleza. Decía el probador de Ducati, Vittoriano Guareschi (hombre que ha visto todas la motos y versiones de Borgo Panigale) que a esta Desmosedici había que maltratarla. Sólo arrojando la moto en las curvas y enroscando el puño de gas desde el primer milímetro en que la GP8 va a salir de la curva, funciona. Ver a Elías y Melandri en la pista es tremendo. A ellos les ocurre lo inverso de lo que dice Guareschi, la moto es la que los maltrata. Stoner ha encontrado un equilibrio entre su forma de pilotar, y lo que Ducati y Bridgestone le dan en el tren delantero, brutal. Verle en la pista, en el carril auxiliar, a pocos metros del asfalto, es sorprendente. Parece que se fuese a acabar el mundo cada vez que frene, inclina, levanta y acelera. En Jerez al australiano las cosas no le fueron muy bien. Parecía desquiciado. Según contaron después tanto él como Valentino Rossi, el Bridgestone delantero les daba muy poco agarre. Tren delantero, la clave. He titulado 'El límite es muy pequeño' por una frase que he leído de Casey: explicaba que en el entrenamiento del lunes post Jerez, habían decidido levantar la silleta 2 milímetros, y que el cambio había sido inmediato. Su mejor vuelta mejoró en 8 décimas. Con esos simples 2mm, aumentaron la transferencia de pesos. 2mm. Un límite verdaderamente pequeño.