Cuando las cosas llegan en el peor momento

Hace ya unos días el panorama del motociclismo español se convulsionó: Dani Pedrosa se caía en Sepang, se fracturaba un dedo y se tenía que volver a casa. Lo primero que me sorprendió fue que, precisamente Pedrosa, un tipo bastante fiable, se cayese dos veces en un mismo entrenamiento. Lo segundo que me sorprendió fue saber que desde muy al principio del test ya estaba rodando en unos tiempos a tener en cuenta. Creo que ya comenté que en Honda habían dudado sobre si llegaban a tiempo o no a Malasia, y por lo que me han contado después, llegaron, pero no con todos los deberes hechos. Ni a Dani ni a Nicky Hayden les convenció lo que vieron del prototipo 2008 durante los entrenamientos en 2007, y por lo que parece tampoco es que la cosa haya mejorado muchísimo. Vamos, que los dos tenían muchísimo trabajo por delante. Hayden puede seguir en ello (en la última sesión de los entrenamientos celebrados la semana pasada en Australia se metió 102 vueltas entre pecho y espalda, y esta semana sigue erre que erre en Sepang de nuevo). Pero Pedrosa tiene que esperar como pronto a los IRTA de Jerez para saber lo que tiene. Aparentemente le va a quedar demasiado poco tiempo para llegar con una moto competitiva a la primera carrera. No me extrañaría que ante el caos reinante, optase por volver a lo que le dio buenos resultados en el GP de Valencia. Veremos, pero la lesión no hay duda de que le ha llegado en el peor momento. Y mientras Casey Stoner sigue a la suya asustando a sus rivales, y otros como a mí, temeroso de que repita lo del año pasado.

Nota: Me parecen lamentables las críticas de Pedrosa a Hayden poniendo en duda su capacidad para poner a punto y desarrollar una moto. No viene a cuento.