A pie de pista

Hay que reconocer que el fin de semana está resultando relativamente tranquilo aquí en Sachsenring (bueno, menos para los de la escudería de D'Antín, los dos Alex, con sus manos derechas machacadas). En los entrenamientos disputados hasta ahora la nota predominante es la normalidad, a la espera de que en algo más de una hora comiencen los oficiales que determinarán las parrillas. Por destacar algo, y ya no es destacable, Stoner anda dominando todos los tests, y mira que nos enpeñamos en postular las dificultades de Ducati cuando llegasen los circuitos pequeños y más revirados. Nada de nada. Me he bajado por la mañana a ver el entrenamiento de MotoGP a pie de pista, y por mucho que hablen de kartings los pilotos, la sensación en Schsenring es fantástica. La gran bajada de la parte de atrás es espectacular, y después toma el camino de la entrada a meta en cuesta arriba. Ahí me acuerdo que vi como Tamada tiraba a Roberts Jr. el año pasado. Voy a reconocer una cosa. Concentrado en desentrañar el reflejo que los pilotos ventilan cuando se bajan de la moto, y que terminan siendo su explicación a un buen o un mal tiempo, no he sido capaz de distinguir por qué, por ejemplo, Pedrosa rodaba casi un segundo más lento que Stoner, o dónde estaba el problema. Después, a cámara lenta o en un plano corto en televisión, las conclusiones son mucho más fáciles de sacar. Pero, a pie de pista, el medio segundo que puede diferenciar a uno de otro, sencillamente, no existe.