República Independiente de Valentino Rossi

En estos momentos 600 personas están haciendo una peregrinación a pie desde Tavullia hasta el circuito de Misano. Tavullia es el pueblo de Rossi, y esa gente pertenece a su club de fans. Alguna vez he comentado mi opinión sobre Rossi. Me parece un piloto excepcional (aunque este año más que nunca se demuestra que a la excepcionalidad hay que sumarle buen material, con lo que vaya usted a saber cuántos excepcionales no han podido brillar por culpa de ese factor) y un personaje de una influencia bárbara en este deporte. Puede que desde dentro las cosas se vean distintas y uno se deje cegar, porque también he aprendido en este blog que Valentino no es santo de devoción de mucha gente. Lo que sí he percibido es que es el tipo del que te puedes encontrar más simbología en cualquier parte del mundo. Obviamente, ahora, con ese tema del fisco, vive un momento especial. Parece que en Italia se han cebado y siguen haciéndolo.
En esta zona donde está Misano han nacido muchos pilotos, lo que provoca una especial devoción por este deporte. A unos 15 kilómetros de aquí está Tavullia. El jueves por la noche me fui a conocerlo con unos colegas (el pueblo estaba engalanado con el número de Rossi y su color amarillo) y nos sentamos a cenar en un restaurante pequeño al lado del cual está el Fan Club. Parece que es el sitio favorito de Rossi y, de hecho, apareció por allí. Con nosotros se sentó el vicepresidente de su club de fans, Flavio, un tipo encantador, que nos trató de maravilla. Detrás se sentaban unos auténticos moteros que venían de Francia, un matrimonio. Él llevaba tatuado en el antebrazo a Rossi celebrando una victoria en Donington con la M1, y ella un 46 enorme. La gente de Rossi no paró de atenderles. Flavio nos contaba que iba muchísima gente a conocer el pueblo, y que para ellos era un honor. Y que en Tavullia Rossi se pasea sin que nadie le diga nada, como un vecino más. La sensación era como estar en un mundo aparte, algo así como la República Independiente de Valentino Rossi. Otro mundo y una experiencia curiosa. Una parte de este GP de San Marino.

Por cierto, no llueve y luce el sol.